Películas de Todas las Identidades

Dolia Jiménez huyó del matrimonio arreglado por su madre, aprovechando su embarazo inesperado con Alejandro Mendoza. 5 años después, él descubrió a Tito y comenzó a cortejarla. Isabella Rivas, celosa, la hostigó sin piedad. En una crisis, Alejandro los rescató. Entonces, Dolia descubrió la verdad: ella era la verdadera heredera de los Rivas, cambiada al nacer por Doña Camila...

La heredera del Grupo Ruiz, Lora Ruiz, ocultó su identidad e incluso se enemistó con su madre solo para casarse con su novio Yoel Cruz, que no tenía ni un centavo. Tras nueve meses de embarazo, pero con una posición fetal incorrecta, cuando se preparaba para dar a luz en un hospital privado, Sara Ortiz, amiga de Yoel, dijo que Lora solo estaba fingiendo para disfrutar y satisfacer su vanidad. Yoel, influenciado por ella, quiso trasladar a Lora a un hospital pequeño, y la tensión entre ambos se intensificó. En ese momento, Hugo Ruiz recibió la noticia de que su hija estaba a punto de dar a luz, y acudió con un generoso regalo, pero Yoel y Sara no dejaron de cuestionarlo y burlarse de él. Finalmente, tras la confirmación de Castro, Medina y Mendoza, tres jefes que dominaban la Segrera y que acudieron para ganarse el favor de Hugo, Yoel y Sara creyeron por fin en la identidad de Hugo. Pero para entonces, Lora ya había abortado y se había divorciado de él. Yoel, arrepentido y desesperado, inventó una mentira diciendo que Lora y su padre habían matado cruelmente al niño, lo que provocó una avalancha de críticas en las redes sociales. Hugo contraatacó con fuerza, reunió pruebas y denunció el caso a la policía. Finalmente, Yoel y Sara fueron condenados por sus delitos.

Axel Ibarra nació en el Reino de Navia, un lugar donde las mujeres dominan y los hombres son menospreciados. Se gana la vida vendiendo carne de cerdo y vive con su madre, soportando constantes humillaciones y provocaciones de bandas femeninas. Bajo la opresión de los poderosos, no tiene más remedio que aguantar en silencio. La sociedad desprecia a los hombres y les prohíbe practicar artes marciales o cultivarse. Sin embargo, Axel alberga el sueño de luchar en el campo de batalla y proteger su hogar, por lo que entrena a escondidas de su madre. Decidido a cumplir sus ambiciones, se inscribe en el Torneo de los Dioses Guerreros contra la voluntad de su madre. Pero, durante la competencia, poco a poco descubrirá secretos sobre su verdadero origen...

Sol Mora se enamoró de Luis Cruz a primera vista, pero debido a su "dura vida", él se terminó convirtiendo en su esposo, y también en su enemigo. Sol Mora creyó que era un sueño hecho realidad, aunque Luis Cruz ya tenía a su amor de juventud, a quien amaba pero no podía conseguir. Sol Mora ocultó sus sentimientos, hizo todo lo posible por conseguir dinero de su esposo y pagar la deuda de sus padres. Luis Cruz se sentía impotente porque su mujer solo reconocía el dinero y no a las personas. Para evitar el divorcio, la manipuló con eso mismo y Sol Mora terminó siendo su asistente. Sol Mora se negaba a que el matrimonio trascendiera a la empresa. Luis Cruz intentó por todos los medios afianzar su posición y la protegió con autoridad en la empresa hasta que finalmente se miraron a los ojos y se reconocieron.

Durante siete años de matrimonio en secreto, Isela Torres jamás había cargado a su hija Ana... hasta esta noche. La pequeña, de cinco años, estaba más emocionada que nunca, pero Carlos Serrano conocía bien la verdad: la alegría de Isela no era por su hija, sino porque el amor de su vida había regresado. Isela nunca amó a Ana. Tampoco lo amó a él. Seis años atrás, cuando la persona a quien Isela amaba desapareció de su vida, ella reaccionó impulsivamente y se casó con Carlos. Desde entonces, vivió como una sombra: distante, ausente, ajena a su propia familia. Jamás se involucró en la crianza de Ana. Incluso le prohibía llamarla "mamá". El día que Ana la vio cuidar con ternura a la hija de aquel viejo amor, comprendió por fin cuál era su lugar en el corazón de su madre. Fue entonces cuando dejó de esperar... y decidió marcharse.

Ariana Castro, la hija adorada de la familia Castro descubrió que en realidad no es la verdadera hija legítima de la familia Castro. Desde que la verdadera hija legítima, Bianca Castro, fue reconocida, sus padres y hermano, que antes la consentían, empezaron a escuchar solo la versión de Bianca. Debido a un malentendido que hizo creer que Ariana empujó a su abuela por las escaleras causando su coma, la familia envió a Ariana a una estricta escuela de virtudes femeninas para arrepentirse y reformarse, donde sufrió abusos inhumanas durante tres años, quedando con una discapacidad permanente irreversible. Tres años después, Ariana regresa a casa, y sus familires descubrieron que la Ariana que antes era alegre y brillante, ahora se había vuelto fría y distante.

La joven ciega Luna Molina descubre la traición de su novio, Sergio Marín, y cae en una trampa que la lleva a pasar la noche con el magnate Carlos Ruiz. Tras quedar embarazada, Sergio la obliga a pedirle dinero a Carlos. Presionado por su abuela, Carlos acepta casarse con Luna, con la condición de que se divorcien después del nacimiento del bebé y ella renuncie a la custodia. Tras el matrimonio, Carlos desprecia a Luna y se empeña en buscar a la mujer que le salvó la vida en su infancia, sin imaginar que esa salvadora es, en realidad, su esposa a quien tanto rechaza.

Hace siete años, Ana entró por error en la habitación de Jorge, el presidente del Grupo Sartori. Tras una noche juntos, dio a luz a gemelos. Mario Pastor mandó a alguien a robar al mayor y lo abandonaron. Solo quedó Enzo con ella. Siete años después, Ana volvió al país con su hija para buscar a su hijo, pero al reencontrarse con Jorge, no se reconocieron.

Cuando Diana Silva llevaba cinco meses de embarazo, Laura Queiroz atrajo a los bárbaros Dizu para hacerla matar, pero fue confundida con la esposa del general y murió. Antes de morir, culpó a Diana con un mensaje de sangre. Miguel Cruz creyó en ella y ordenó que los prisioneros Dizu violaran a Diana, quien perdió a su hijo y murió. Al despertar el día de la masacre, Diana decidió cambiar su destino y buscar un aliado poderoso.

Ana, recién graduada de la academia de policía, regresa a su pueblo natal con una misión: exponer la siniestra farsa de las bodas sagradas. Para infiltrarse, se ofrece como la Novia Sagrada, descubre que lo que pasa en la cueva es en realidad una red de traficantes liderada por el alcalde. Entre rituales falsos, Ana usará su entrenamiento para liberar a su hermana y decenas de mujeres.